33: Cuando las ideas no paran: Haz una pausa para avanzar.
¿Tienes muchas ideas, quieres actuar rápido pero no puedes mantener el ritmo? Si sientes que a veces te pierdes entre tantas ideas, puedes encontrar claridad, priorizar lo que realmente te importa y a dejar de sentirte abrumada o abrumado.
Explora cómo balancear la acción con la reflexión y convierte tus ideas en decisiones que te acerquen a tus metas. ¡Libera tu energía creativa, sin perder el enfoque!
Has iniciado un proyecto personal y te entusiasma tener nuevas ideas; sin embargo, puedes saltar de una idea a otra, ajustando constantemente lo que ya tenías planeado para incorporar algo nuevo y actuar. Esta situación es común en momentos de alta motivación y energía creativa, pero puede llevarte a perder el enfoque, al menos de manera momentánea.
El ciclo idea-acción y más ideas
Cuando estás generando nuevas ideas, mientras trabajas en una actividad, puedes sentir que el flujo no se detiene. Las ideas parecen mejorar lo que estás haciendo y te motivan a actuar inmediatamente, con curiosidad por descubrir hasta dónde te llevarán.
Sin embargo, no podrás seguir el ritmo a tu mente creativa y, si tienes muchas ideas en desarrollo, puedes perder de vista lo que realmente estás haciendo o lo qué te está dando resultados.
En mi caso personal, cuando estoy en flujo, con mucha motivación y disfrutando el proceso, me vienen varias ideas. A veces, mientras preparo un episodio del podcast, se me ocurre un tema nuevo que parece mejor que el que ya estoy trabajando y quiero cambiar de tema.
Lo que me funciona es hacer una lista de temas, un poco desarrollada; es decir, escribo algunos párrafos breves sobre cada idea y las dejo ahí. Así, puedo volver a ellas más adelante, sin desviarme de mi actividad y objetivo principal.
¿Qué pasa contigo cuando estás en este ciclo?
Saltar de una idea a otra te puede generar estrés porque no puedes hacer varias cosas a la vez.
Además de afectar tu bienestar, esta situación puede afectar tu percepción acerca de cuán capaz eres de llevar a cabo tus planes y avanzar en tu proyecto. Es justo lo contrario a lo que esperarías, si eres una persona motivada que le gusta actuar para alcanzar tus metas.
Tener más ideas no siempre es lo mejor.
Aunque es genial tener muchas ideas, no todas necesariamente te ayudarán a lograr tu objetivo. Es importante distinguir calidad de cantidad.
Además, tus ideas necesitan tiempo para madurar. Debes profundizar en ellas para decidir, si son necesarias para tu proyecto o si solo son ideas interesantes que podrían esperar.
Y cuando las desarrolles mejor, te darás cuenta que no todas son factibles en el momento, considerando tus habilidades y recursos actuales.
Veamos cómo puedes enriquecer ese ciclo idea-acción y más ideas, con dos pasos.
1. Haz una pausa para reflexionar
Si solo generas ideas y actúas, sin detenerte a pensar en lo que estás haciendo, puedes perder la perspectiva de lo que realmente te importa. Necesitas priorizar.
La reflexión implica hacer una pausa consciente para observar qué has estado haciendo y analizar cómo tus ideas pueden influir en tu proyecto.
Sobre la relación entre tus ideas y acción:
- ¿En qué momentos de tu rutina surgen tus ideas creativas?
- ¿Qué haces cuando sientes la necesidad de actuar de inmediato?
- ¿Decides actuar solo por una ilusión del momento?
- ¿Cómo te sientes cuando te das cuenta de que no puedes hacer todo a la vez?
- ¿Cómo recuperas tu enfoque?
Para una idea en particular, te pregunto:
- ¿Qué tendrías que hacer para concretar tu nueva idea?
- ¿Ahí hay algo que estás haciendo en tu plan actual?
- ¿Qué te está funcionando y qué no?
- ¿Esta nueva idea te acerca o te aleja de tu propósito?
Para esto, necesitas conectar con tus pensamientos y emociones, y recordar el propósito que te impulsó a iniciar tu proyecto.
2. De la reflexión, pasa a la conceptualización
Luego de reflexionar, organizas tus ideas y experiencias en un marco más general. Esto significa que generas una narrativa o una teoría sobre cómo tus nuevas ideas pueden contribuir al logro de tu objetivo.
Para una idea en particular, te pregunto:
- ¿Cómo se integra esta idea dentro de la estrategia reflejada en tu plan?
- ¿De qué manera las acciones necesarias para concretar tu idea se complementan con otras acciones que vienes realizando?
- ¿Qué resultados puedes obtener, al concretar tu idea?
- ¿Cómo esos resultados te acercan al logro del objetivo de tu proyecto?
Si no eres capaz de construir esta teoría, probablemente es señal de que esa idea puede esperar o no es necesaria en este momento.
Tu nuevo ciclo para decidir y actuar
Cuando la idea y la acción son seguidas por la reflexión y la conceptualización, puedes decidir con claridad y retomar tu motivación auténtica para continuar.
Yo me ayudo de un cuaderno de planeación para decidir qué ideas vale la pena elaborar más e implementar. Así, me permito explorar aquellas que pueden ayudarme a lograr mi propósito y son factibles para mí. Con la práctica, estos pasos salen de manera natural.
Conclusión
Tener ideas nuevas es maravilloso, pero no necesitas concretarlas de inmediato. Tomar pausas para reflexionar y conceptualizar te permite decidir qué ideas implementar que sean valiosas y estén alineadas con el propósito que guía tu proyecto personal. ¡Tú puedes!
Notas
Te puede interesar:
- Csikszentmihalyi, Mihaly (1996) Fluir (Flow). Una psicología de la felicidad. Barcelona: Editorial Kairós.
- Passarelli, Angela M. & David A. Kolb (2020) 'The learning way: Learning from experience as the path to lifelong learning and development', EBLS Working Paper, number 1-20, Experience Based Learning Systems.
Si prefieres que te cuente esto en video, puedes dar clic 👇