41: Cómo decidir con claridad y confianza, incluso en incertidumbre
¿Has pospuesto alguna decisión importante porque no sentías la certeza sobre sus resultados en tu vida?
En este episodio exploramos cómo tomar decisiones en incertidumbre, sin caer en la inacción ni quedarnos atrapados en el ciclo de buscar más y más información.
¿Cuándo fue la última vez que tomaste una decisión sin tener toda la información que te hubiera gustado?
La incertidumbre es una parte natural de cualquier cambio significativo en nuestra vida. Elegir un camino implica descartar otros, y esa elección puede traer dudas, sobre todo si se trata de nuevos roles, proyectos o experiencias.
Tomamos decisiones con base en nuestros objetivos, capacidades y el contexto en el que nos movemos. Pero, ¿qué pasa cuando el contexto es incierto?
Para entenderlo mejor, pensemos en dos tipos de incertidumbre: la interna y la externa.
La incertidumbre interna: "Sé que no sé"
La incertidumbre es interna cuando sentimos que nos falta información clave para tomar una decisión. Probablemente, esa información existe y otros la tienen, pero nosotros aún no la hemos encontrado.
Por ejemplo, Julia quiere cambiar de carrera y pasar de una institución financiera a la investigación académica. No sabe cómo es el día a día de un investigador, cómo funciona la carrera académica, ni qué oportunidades existen. Esa es su incertidumbre interna.
¿Qué puede hacer?
- Buscar información relevante y suficiente.
- Contactar a personas con experiencia o que hayan vivido una transición similar.
- Evitar el ciclo infinito de búsqueda, que puede paralizarla.
La incertidumbre externa: "Cualquier cosa puede suceder"
La incertidumbre es externa cuando no hay manera de predecir los resultados de nuestras decisiones, porque dependen de situaciones o eventos fuera de nuestro control.
Pedro quiere hacer un posgrado en Europa con la expectativa de trabajar en una organización internacional.
¿Y si la situación económica cambia o los conflictos internacionales se agudizan y no hay vacantes disponibles cuando termine su maestría?
¿Qué puede hacer?
Aquí, Pedro puede actuar con flexibilidad:
- Explorar su propósito para entender qué le importa realmente.
- Diseñar rutas alternativas, como mantener una licencia en su trabajo actual.
- Construir una red de contactos para abrir nuevas oportunidades.
- Tomar decisiones progresivamente, según va experimentando y aprendiendo.
Pero también hay un riesgo: la falsa certeza. Pedro podría asumir que su plan es seguro sin considerar los cambios en el contexto. Esto puede llevarlo a decisiones apresuradas o poco informadas.
La incertidumbre y la toma de decisiones: La Metáfora del Puente y la Niebla.
Imagina que estás frente a un puente largo, cubierto por una densa niebla. Al otro lado está la vida que quieres, pero no puedes verla con claridad.
Tu mente empieza a llenarse de dudas: ¿Y si hay un vacío? ¿Y si el puente es frágil y me caigo? ¿Y si no tiene fin?
Sientes miedo y volteas hacia atrás. El camino que recorriste parece más seguro... o eso crees. Pero cuando intentas retroceder, te das cuenta de que ya no es igual. Porque tú has cambiado, y el mundo también.
Retroceder no te devuelve al pasado, solo te deja atrapado en la indecisión.
La única manera de ver lo que hay adelante es avanzar, aunque sea con pasos pequeños.
Das el primer paso, apoyas con firmeza el pie. El puente resiste. Otro paso. Y otro. Y, poco a poco, la niebla se empieza a despejar.
Cómo decidir con incertidumbre
1. Reconoce tus emociones y pensamientos.
Cuando experimentas incertidumbre, las emociones tienen mayor influencia sobre tus pensamientos y acciones. Sientes un estado de “alerta” de que algo desconocido puede pasar, como el miedo al cruzar el puente.
La incertidumbre externa a veces parece un obstáculo, pero puede ser una oportunidad. Decidir y tomar acción puede ser lo más adecuado porque tienes la posibilidad de dar forma a ese contexto o circunstancias, hacia el logro de resultados favorables. Al actuar, puedes influir en lo que sucede y transformar tu entorno.
Entonces, si identificas qué estás sintiendo e indagas en tus pensamientos, puedes tomar mejores decisiones y darle un nuevo significado a la incertidumbre, para actuar intencionalmente.
2. Decide con propósito.
Usa tu propósito como una brújula que te guíe. O como un faro al final del puente que te permita mantener una dirección, a pesar de la niebla.
Pregúntate: ¿Esta decisión está alineada con lo que realmente me importa? ¿O está respondiendo a una emoción momentánea, como el miedo?
Y si tu decisión nace de tu propósito, puedes sentir entusiasmo y esperanza.
3. Aplica estrategias prácticas
- Si la incertidumbre es interna:
Busca información que sea útil, relevante y suficiente.
Evita la sobrecarga porque pasado un punto, nueva información no mejorará la calidad de tus decisiones y el tiempo podría afectar tu empuje.
- Si la incertidumbre es externa:
Diseña rutas para alcanzar tu propósito y planea escenarios posibles. Así podrás prepararte para responder de manera flexible, cuando cambien las circunstancias.
Toma decisiones reversibles, como la licencia sin goce de haber de Pedro.
Mantén tu enfoque, observando con atención lo que sucede.
- Avanza con pequeñas acciones que te permitan adaptarte sin paralizarte.
Cierre
El mundo es impredecible y las certezas son pocas. Pero puedes aprender a tomar decisiones con confianza, alineadas con tu propósito y flexibles para adaptarte a lo que venga.
Y tú, ¿cómo tomas una decisión importante, cuando percibes incertidumbre?
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