36: Más allá de las palabras: Tu potencial humano está en ser.
¿Alguna vez te has detenido a pensar cómo las palabras que usamos influyen en cómo vivimos nuestra vida? Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre un concepto que escuchamos mucho: “capital humano”.
¿Qué pasaría si en lugar de enfocarnos en lo que hacemos para producir, nos enfocamos en lo que somos como personas?
Este episodio es una invitación a mirar más allá de las expectativas y vivir desde nuestro potencial humano.
Este episodio nace de una reflexión personal sobre dos conceptos que parecen similares pero tienen implicaciones muy distintas: “capital humano” y “potencial humano”.
¿Has tenido experiencias laborales con alta carga y estrés?
Yo sí. En varios momentos de mi vida profesional, el mensaje era claro: trabajar más para lograr objetivos. Además, si las personas a mi alrededor hacían lo mismo, parecía normal continuar así.
En mi caso, yo reflexionaba:
“Me puedo esforzar si lo que hago es importante”.
Además, encontraba formas de motivarme. Me sentía bien porque estaba aprendiendo, usando mis habilidades, desarrollando nuevas destrezas… Pero el precio era estrés y algún malestar físico.
Lo curioso es que, cuando estas experiencias se repiten, empiezas a normalizarlas. Crees que “así es el trabajo”, por ejemplo.
Si además quienes te rodean piensan igual, como me sucedió con mi familia, formas una creencia sólida que guía tus decisiones, aunque no te des cuenta.
Esto me lleva a reflexionar sobre el término “capital humano”.
No lo uso porque, desde mi experiencia y formación, tiene una implicancia que quiero explorar contigo.
¿Qué es el capital?
El capital representa bienes o recursos que generan valor. El capital se puede acumular o se puede invertir para producir riqueza. Por ejemplo, una empresa invierte capital en maquinaria para producir más y ganar más.
¿Y el capital humano?
Haciendo el símil con el concepto anterior, el capital humano sería el conjunto de habilidades, conocimientos y destrezas de las personas que permite que sean productivas o empleables.
Bajo esta lógica, algunas organizaciones suelen asociar el capital humano con su capacidad para lograr objetivos empresariales, por lo cual necesitan atraer y retener profesionales altamente calificados.
Entonces, cuando invierten en capacitación, el enfoque podría ser generar más resultados.
Aquí surge una pregunta crucial: ¿Cuáles son las razones detrás de esas decisiones?
Si la motivación es aumentar la productividad, ¿no estarían viendo a las personas como si fueran máquinas o recursos?
En cambio, si el enfoque está en el valor intrínseco de las personas, en sus intereses y posibilidades, hablamos de algo muy distinto.
No medios de producción, sino personas
Ahora quiero preguntarte algo: ¿Te tratas a ti mismo como una máquina?
Si te exiges demasiado para producir, tal vez sea momento de replantearlo:
¿Tu prioridad está en lo que haces o en la persona que eres?
¿Qué pasa si empiezas a valorarte más allá de tus logros?
Tu valor no radica en lo que sabes, haces o logras.
Eres valiosa, valioso, simplemente por ser tú.
Hablemos de potencial humano
Cuando cambiamos nuestro lenguaje, cambiamos nuestra perspectiva.
Eres una persona con un potencial único para aprender, decidir y actuar de acuerdo con tu propósito.
Y para hacer realidad tu propósito, necesitas cambiar el enfoque.
Retornando a mi experiencia personal, la reflexión cambia:
“Lo importante no es lo que hago, sino quien soy para vivir mi misión y florecer ”
No vivimos para hacer; vivimos para ser.
Prioriza quien tú eres y desde ahí, actúas
Y si nos enfocamos en el “potencial humano”:
- ¿Qué nuevas posibilidades podrías ver en tu vida?
- ¿Qué tipo de organizaciones podríamos construir?
- ¿Cómo sería una sociedad que valore el potencial humano más que el capital humano?
"Aprende siendo, actuando y viviendo de forma auténtica".