9: ¿Qué es posible? Dos palabras para nutrir tu creatividad
¿Alguna vez has descartado tus ideas originales porque te parecía que no tenían sentido?
O cuando has querido escribir algo importante, ¿has estado escribiendo, editando, borrando y quizá no llegabas a escribir un párrafo completo?
Estas dos situaciones pueden reflejar que no te has dado permiso para soñar, para equivocarte, para aprender.
Con este episodio, podrás inspirarte para apreciar posibilidades cuando deseas realizar algo nuevo, que te importa. Además, podrás ejercitar tu imaginación, que es base de la creatividad, aceptando con apertura lo que piensas y construyendo nuevas historias.
Te invito primero a reconocer tus pensamientos que definen lo que es posible para ti. Luego, te presentaré esas dos palabras.
Reconociendo tus pensamientos
Te propongo algo:
Escribe lo que estás pensando ahora, sin censura, lo que viene a tu cabeza.
¿Qué escribiste?
Quizá tenías una canción en la mente o la lista de cosas que vas a hacer en el día.
O puede ser que te tomé por sorpresa y no escribiste nada porque te quedaste pensando:
«¿para qué es eso?» o
«¿por qué tengo que hacer lo que me dicen?»
Bueno, varias cosas pueden estar ocurriendo dentro de ti.
Lo que quería mostrarte era que siempre estás pensando algo.
Tus pensamientos tienen un guion
Puedes considerar a tus pensamientos como conversaciones internas que tienes contigo misma/o.
Si te decides a hacer algo nuevo (escribir en el ejemplo, pero puede ser cualquier cosa), aparecerá una conversación con un guion determinado; es decir, vendrán a tu mente algunas ideas que te sirven de referencia en la forma de «pensamientos».
Este guion depende de tu historia personal, tus circunstancias y tu estado emocional. Y define lo que es posible para ti, en este momento.
Si quieres hacer algo importante para ti, que es diferente a otras cosas que has hecho antes, por ejemplo, podrías tener pensamientos como estos:
- «Mejor sigo haciendo lo que ya conozco» o
- «Si eso me fuese útil, ya lo hubiera hecho antes» o
- «Yo sé lo que me conviene y esto no es».
Lo curioso de estos pensamientos es que tú no sabes realmente porque lo que quieres hacer es nuevo.
Qué puedes hacer con ese guion que te limita
¿Y si te involucras activamente en esas conversaciones internas?
Me refiero a que las escuches y te atrevas a indagar qué pasa ahí, en el guion.
Para ello, te invito a usar dos palabras:
La primera «Y» y la segunda «Si», en dos combinaciones distintas.
1. Combinación: «¿Y si?».
Veamos los tres ejemplos recién vistos:
Ejemplo 1:
Frente a: «Mejor sigo haciendo lo que ya conozco»
– Podrías preguntarte: «¿Y si hago también lo que todavía no conozco?»
Ejemplo 2:
Frente a: «Si eso me fuese útil, ya lo hubiera hecho antes»
– Podrías preguntarte: «¿Y si hay algo adicional que me pueda ser útil?»
Ejemplo 3:
Frente a: «Yo sé lo que me conviene y esto no es»
– Podrías preguntarte: «¿Y si puedo descubrir otras cosas que también me convienen?»
Qué puedes hacer con el «¿Y si?».
Puedes abrir tu mente para acoger otra perspectiva porque te permites explorar ideas y descubrir alternativas.
Si te sigues preguntando, detrás de las respuestas que te des, puedes encontrar «puertas» que no habías visto que podías abrir.
Puedes ver posibilidades que no tenías cuando estabas con el guion acostumbrado que quería mantener el status quo. Eso sí, necesitas práctica porque tu mente querrá regresar a ese guion.
El miedo detrás de ese guion y tu motivación
Ese guion, en el fondo, refleja miedo. Ya lo sabías, ¿cierto?
Porque el miedo lo sientes cuando percibes que puedes perder algo que te importa como tu seguridad o tus certezas. Y el miedo no se irá.
Si aceptas que tienes posibilidades, puedes escuchar tu miedo y preguntarle qué le preocupa. Entonces, puedes actuar con miedo y con otras emociones también.
Entre ellas, está la curiosidad sobre qué puedes encontrar detrás de esas puertas que vas abriendo. También la creatividad para hacer eso que te importa, aunque no sepas el resultado.
Y esto es importante para tu bienestar porque, si actúas motivada o motivado por lo que te importa, estás conduciendo tu vida. Eres protagonista cuando actúas, cuando experimentas aunque no tengas certezas, y cuando aprendes desde adentro.
2. Combinación: «Sí, y…».
Esta combinación tiene dos partes:
La afirmación «Sí» (con tilde) y el conector «y» que permite agregar otra idea.
La he tomado prestada de una técnica de improvisación teatral. Probablemente, has visto personajes que construyen una conversación, sumando ideas a las ideas que otra persona ha expresado justo antes.
Por ejemplo:
Pedro dice «me vino a visitar un unicornio dorado» y
María agrega «Sí, y ese unicornio dorado tenía alas rosadas y me dijo un secreto» y
Pedro continúa «Sí, y me autorizó a contarles ese secreto…».
Probablemente Pedro, quien habló del unicornio, no pensaba que éste tendría un secreto.
Por su parte, María no criticó el hecho de hablar sobre un unicornio que no existe. Simplemente construyó sobre la primera idea de Pedro y ¡le puso alas rosadas al unicornio dorado!
Cómo puedes aplicar esta técnica en tus conversaciones internas
Si tienes una idea que te parece disparatada o que no sabes de dónde viene, en lugar de aplicarle un guion conocido y rechazarla, puedes acogerla y construir una historia diferente a partir de ahí. Te explico:
El «Sí, y…» implica que aceptas tu pensamiento (sin censurar) porque viene de la persona que estás siendo en este momento, quien merece respeto.
Además, te permite construir sobre ese pensamiento inicial algo nuevo.
Para ello, es importante evitar términos como correcto o incorrecto.
Lo que piensas simplemente «es», sin juzgarlo.
Cómo te puede ayudar el «Sí, y... »
Te permitirá practicar la apertura para acoger otras ideas, sin cerrarte a cosas que podrían ocurrir y hacerte bien.
No significa que harás todo (o que le preguntarás su secreto al unicornio dorado con alas rosadas) porque para llevar adelante tus proyectos ejercerás tu reflexión crítica y otras habilidades.
Con esta práctica que te propongo estarás desarrollando tu imaginación, que es base de la creatividad.
Qué puede significar usar estas dos palabras
¿Cómo te sentirías si te atreves a soñar y a jugar?
¿Y al mismo tiempo, aprender más de ti, con flexibilidad?
En mi caso, esto me transporta a mi niñez y a esa imaginación que me llevaba a conocer mundos inexplorados, conversar con personajes que solo yo podía dibujar, crear sonidos nuevos y aprender disfrutando, con bienestar.
¿Te gustaría sentir eso nuevamente? Realmente, solo depende de ti.
En resumen
- Tus pensamientos están siempre ahí. Puedes indagar en ellos con respeto.
- Si quieres hacer algo nuevo que te importa, puedes pensar en posibilidades para llevarlo a cabo, usando la pregunta «¿Y si?» en tu guion.
- Puedes ejercitar tu imaginación, aceptando con apertura tu guion y construyendo nuevas historias a partir de ahí, con «Sí, y…».
Solo necesitas atreverte a explorar, a jugar y a descubrir que hay dentro de ti. Y tu guion irá cambiando, mientras te das cuenta de que puedes imaginar y crear cosas que no habías pensado antes, intencionalmente, cuando tienes motivación interna.
Te darás cuenta de que tú puedes transformar tu vida.
Está en tus manos. ¡Tú puedes!